El ruido, un amplio campo de trabajo

El ruido de fondo, en el entorno laboral, las relaciones sociales... Siempre presente y un campo con mucho trabajo para los audiólogos. En el 19 Congreso de la ANA, se describieron herramientas, cuestionarios y estrategias para luchar con este factor crucial en las adaptaciones de audífonos. Y dos hitos: la presentación del estudio EuroTrak de satisfacción de los usuarios, que se va a realizar por primera vez en España, y la foto de los principales fabricantes en una misma mesa.

Publicado el 31 enero 2020

El ruido, un amplio campo de trabajo

Con el título de “El ruido, el gran enemigo de la audición”, el 19 Congreso de la Asociación Española de Audioprotesistas-Audiólogos Protésicos (ANA) se celebró el 25 y 26 de octubre pasados en la Universidad Complutense de Madrid con un programa centrado en este elemento perturbador para los resultados del trabajo de estos profesionales. El presidente de la ANA, Jordi Serra, anunció asimismo una noticia importante para el sector, para tener un conocimiento más completo de cómo perciben los usuarios de audífonos los beneficios de esta tecnología y los aspectos que se deben mejorar. El estudio internacional EuroTrak se va a realizar también en España, como en otros países europeos, y será precisamente esta asociación y el audiólogo Raúl García Medina, afincado desde hace años en el Reino Unido, quienes se encargarán de esta encuesta entre cientos de personas.

El encuentro tuvo también como colofón una foto histórica, por primera vez tal vez en España, la de los principales grupos fabricantes de ayudas auditivas sentados en una misma tribuna para el debate, tras exponer previamente cada uno sus tecnologías de apoyo frente al ruido. Allí estaban Sonova (Phonak, Unitron y Hansaton), Sivantos (Signia y Audio Service), Demant (Oticon, Bernafon y Sonic), Widex (y Coselgi), Starkey y el Grupo GN (ReSound, Beltone, Danavox e Interton).

El punto de vista de la Administración, en esta ocasión, fue aportado por el técnico municipal José Carlos Garrido, del Ayuntamiento de Madrid, quien reveló un dato básico: el ruido obliga a hablar 15 dB más alto, ya de entrada. También explicó algunas medidas correctoras de este problema igualmente medioambiental implantadas en la ciudad. A continuación, el ORL Francisco J. Cogolludo, de la Fundación Jiménez Díaz, describió los múltiples perjuicios que ocasiona el ruido para la audición, desde el más inmediato y evidente de un trauma acústico (agudo o crónico) hasta el acúfeno, pasando por discapacidad auditiva, algiacusia, hiperacusia y fatiga auditiva. Además, señaló que, en general, los más molestos son los ruidos de larga duración/alta intensidad, y los de alta frecuencia, mientras que los intermitentes resultan menos dañinos si no son impulsivos (corta duración y alta presión sonora) y los impredecibles causan mayor estrés. Y apuntó que el silencio favorece la capacidad de recuperación del oído, aunque limitada. Acerca de los efectos para la salud tangibles, por cada decibelio por encima de 65 dB aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%, sobre todo, por causas cardiovasculares, según un estudio realizado por DKV para GAES.

En el entorno laboral, el ingeniero de la compañía danesa Brüel & Kjaer expuso una metodología de medición del ruido con base de datos que incorpora la atenuación conseguida con protectores auditivos. Recomendó medir sin la presencia del trabajador, entre otros condicionantes como los aparatos utilizados, antes de diseñar protectores adecuados, y mostró un simulador de oído humano utilizado en estas pruebas preventivas.

También dentro de lo que podría denominarse la audiología del trabajo, Oriol Serrallonga, profesor de la escuela decana de Audiología, El Clot de Barcelona, explicó cómo saber la atenuación del ruido conseguida con protectores auditivos, mediante las medidas REM de presión acústica en el pabellón, con el protocolo de aislar las fuentes de ruido, adoptar medidas de protección colectivas y luego individuales, y siendo conscientes de posibles fuentes de error en la colocación de la sonda o la hipersensibilidad del paciente.

Audiometría verbal y sala acondicionada

Una de las pruebas clave en la adaptación es la audiometría verbal, una verificación subjetiva del funcionamiento de los audífonos en usuarios primerizos o de seguimiento para nuevos aparatos (o comparar ambos), tal como la planteó Rocío Serrano, profesora de la escuela oficial del IES Moratalaz (Madrid), que se ocupó de la modalidad en campo libre y sin ruido.

Además, sirve para «hacer consciente de la mejora de la discriminación verbal con audífonos al propio portador» y para «mostrar a los familiares o acompañantes de manera comprensible esa ayuda que proporcionan». Como precauciones, Serrano aconsejó un enmascaramiento especial del oído sano en pérdidas asimétricas.
Para la audiometría verbal con ruido, Alberto Reyes, profesor del IES Aynadamar (Granada), resaltó que ayuda mucho a comparar la inteligibilidad del usuario de audífonos con la de normoyentes, así como el antes y el después de los ajustes tecnológicos, y que resulta crucial una buena calibración del campo libre. Como método, describió el PAVER (infantil) desarrollado por Victoria Marrero, Mariana Maggio y Carlos Calvo, fruto de la colaboración del Programa Infantil Phonak (PIP) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), también, el Matrix test, que tiene versión española y sirve para evaluar la binauralidad, aunque aún no se conocen resultados; y el HINT-S, como herramienta de asesoramiento y validación.

Fuera de España, hay otros muchos procedimientos. No obstante Reyes concluyó que la audiometría verbal «no es un gran predictor de la inteligibilidad en ruido», si bien permite orientar al usuario al conocer mejor sus quejas, así como ajustar la binauralidad-monauralidad o los micrófonos remotos, entre otras utilidades.

“Sala dentro de la sala”, con trucos

Por su parte, Christoph Schnitzler, del Instituto Auditivo Audias (A Coruña), aportó varios trucos sencillos y sin gran coste económico para acondicionar la sala de pruebas de medición en el gabinete auditivo y evitar la reverberación, las perturbaciones por ondas oscilatorias y otros problemas. Por ejemplo, techos con perforaciones y amortiguación; paneles disfrazados de imágenes; pilares de absorción con el material Basotec, y un concepto de «sala dentro de la sala», ya que en espacios más pequeños hay menos factores que influyen en la acústica. También se debe asegurar una transmisión frecuencial «plana» de todos los altavoces, que se puede ecualizar, y tener en cuenta el ángulo de posición de los mismos respecto del paciente.

Cerraron el programa Jesús Valero y Helena Aparicio, de la Fundación Blanquerna-Universitat Ramon Llul de Barcelona, que recomendaron el uso de cuestionarios para evaluar la satisfacción del usuario de audífonos, porque se pueden cumplimentar en poco tiempo -entre 5 y 20 minutos-, no presentan disconfort para el paciente, ofrecen una buena relación coste-beneficio, ya que el material para utilizarlos y el tiempo son mínimos, al igual que el entrenamiento del personal a cargo de encargarse de estas pruebas, permiten una «validación transcultural» y tienen un grado de sensibilidad y especificidad suficientes, así como una elevada fiabilidad.

Asimismo, estos dos especialistas dieron cuenta de un estudio realizado con estos cuestionarios entre personas adaptadas con ayudas auditivas.

J. L. Fernández