EuroTrak: la «situación explosiva» para la Sanidad por el aumento de la hipoacusia y la demencia que provoca

El incremento espectacular de la prevalencia de la hipoacusia y su influencia en la demencia -en países desarrollados, el 30% de subida y en otros hasta el 50% en la última década entre mayores de 65 años- ha creado ya una «situación explosiva» para los sistemas sanitarios, con un coste de 8.200 euros al año por paciente. Son datos aportados por el Dr. Francesc Roca-Ribas Serdà, Jefe ORL del Hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona, dentro de las sesiones webinars para divulgar los resultados del primer estudio EuroTrak realizado en España, impulsado por la Asociación Nacional de Audioprotesistas-Audiólogos Protésicos (ANA).

Publicado el 10 julio 2020

EuroTrak: la «situación explosiva» para la Sanidad por el aumento de la hipoacusia y la demencia que provoca

Joan Ros, vicepresidente de la ANA, ha presentado a este especialista (Roca-Ribas) y ha destacado de su aportación que «relaciona la pérdida auditiva con otras consecuencias para la salud, patologías asociadas». El audioprotesista de Sant Boi de Llobregat también ha precisado los datos de la prevalencia de la pérdida auditiva en España: se encuentra en el 11,3% de la población total, mientras que entre los mayores de edad, sube al 13,3%, y en la franja de 55 a 64 años, el 14,5%, «un campo importante de trabajo a tener en cuenta». Además, el 29% de las personas con hipoacusia sufren depresión, y también destacan las repercusiones para el sueño y los problemas de salud mental, sobre todo, la demencia.

Roca-Ribas ha subrayado que la hipoacusia puede estar presente a lo largo de toda la vida del paciente y existe la dificultad que plantea la demencia en la rehabilitación auditiva, y se ha centrado en el concepto de pérdida auditiva incapacitante establecido por la OMS, con datos actualizados en 2018 con importantes cambios. Por ejemplo, 8.200 euros al año (9.100 dólares) genera de coste cada paciente afectado para las administraciones.

En España, con 3,2 millones de pacientes, aún quedan 2 millones no tratados, una proporción mayor que en otros países.
En global, da una idea de la magnitud del problema que hay 466 millones de personas en el mundo afectadas por hipoacusia (con una proyección de más de 900 millones en el año 2050) y que hasta hace unos años era el 5% de la población, mientras que ahora ya supera el 6%.

De ellos, el 93% de los afectados son adultos (7% niños) y un tercio de los que tienen más de 65 años, con más incidencia entre los hombres que en las mujeres. Esto último se relacionaba con la fuerte presencia en algunas zonas de la industria, pero actualmente no se ve cuál es el vínculo con el género.

Los países con menos ingresos doblan la prevalencia y la reflexión de este especialista es que, en el caso español, la Seguridad Social y la cobertura asistencial pueden amortiguar la mayor incidencia en grupos sociales que disponen de menos recursos económicos.

Factores económicos y culturales influyen

Asimismo, ha resaltado la curva exponencial de aumento de la afectación en los niños de hogares con menos poder adquisitivo, y también la curva lineal según el grado de alfabetización de los padres, por lo que los factores económicos y culturales influyen en la incidencia de la pérdida auditiva incapacitante.

En España, hay nueve millones de personas en la franja de edad de mayores de 65 años y también se dan perspectivas de incremento de afectados. «Si conseguimos mejorar la hipoacusia, vamos a lograr reducir la incidencia de la demencia, pero no está claro, cuando ya está establecida la hipoacusia, no sabemos si va a ser posible atenuar su influencia en la demencia», ha puesto de relieve Roca-Ribas. De hecho, es el factor de riesgo más importante -por su repercusión en el sistema nervioso central- que se puede prevenir, si bien la incógnita está en saber si ese declive cognitivo solo se detiene o se revierte, una duda que está en plena discusión en la comunidad científica, o si la pérdida auditiva es un síntoma más de ese deterioro cognitivo.

En un trabajo ya clásico, publicado en 2013, se realizaron tests periódicos a mayores de 77 años para evaluar su estado cognitivo y paralelamente se estudiaron sus audiometrías. Se vio que la presbiacusia acelera ese deterioro cognitivo dos o tres años (sobre el promedio de este proceso, que suele durar siete años), o lo inicia, con un aumento cuantificado en ese riesgo del 24% de aquellos individuos que no lo sufrían antes de perder oído.

«Es una situación explosiva desde el punto de vista sanitario y económico y las administraciones públicas tendrán que intervenir en algún momento, y a las personas que trabajamos en el ámbito de la audición (ORL, audioprotesistas, audiólogos…) nos tendrá que coger preparados porque las décadas que vienen van a ser de un trabajo intenso, tal como podemos predecir», ha augurado este especialista catalán.

Además, todo no se detecta en la audiometría tonal, ya que «cualquier pérdida auditiva origina cambios en la plasticidad cerebral, en la organización del sistema neurológico, incluso las leves», ha advertido Roca-Ribas.

Estos cambios no son exclusivos de la vía auditiva, sino que afectan a otras regiones del cerebro. Por ejemplo, causa impacto en la memoria de trabajo y origina, en consecuencia, complicaciones en la comprensión del habla e incluso ocurre en personas a partir de los 45 años de edad, entre quienes se gesta un problema de futuro para probables problemas mentales. Y no son conscientes, ya que pacientes relativamente jóvenes suelen achacar sus dificultades de comprensión a que sus familiares «no vocalizan bien»

Se da también el fenómeno curioso de que la pérdida auditiva de algunas personas provoca también un déficit auditivo y de comprensión verbal en su pareja, por el deterioro de las estructuras de soporte colaborativas durante la convivencia.

«Las cifras de sujetos afectados por hipoacusia están aumentando en todo el mundo de forma extraordinaria por factores económicos y de esperanza de vida, que son determinantes, y la más que probable relación con el deterioro cognitivo hace prever que la prevención de la hipoacusia y su rehabilitación tengan un papel estelar en los sistemas de Sanidad públicos por razones económicas y fundamentalmente por razones de salud». Esta ha sido la conclusión, a modo de resumen, del Dr. Roca-Riba sobre su presentación.

J. L. Fernández