Rehabilitación en implantados adolescentes en GICCA 2017

El foco ya no está en los padres en estos casos, por lo tanto la atención del terapeuta debe considerar al paciente juvenil en todas sus dimensiones, cuidando sobre todo sus expectativas. En una de las mesas redondas más concurridas del GICCA 20017, educadoras diferenciales, rehabilitadores, psicólogos y médicos ORL llenaron el Salón Tupungato del Hotel Intercontinental, para conocer los casos compartidos por los panelistas.

En el módulo anterior referido a la “Calidad de vida con implantes cocleares” ya había quedado en evidencia que el rol de madres sobreprotectoras afectan en forma directa el desarrollo de la comunicación y el habla en niños implantados, al no estimular el lenguaje y limitar la sociabilidad con sus pares. Una situación que en el caso de padres oyentes se le suma la problemática de su incapacidad de aceptar que el hijo es sordo, alimentando la expectativa que “algún día” será como ellos y que terminan traspasándole a su pequeño: “Cuando yo sea grande voy a escuchar”. La desidealización del progenitor es fundamental para destrabar el proceso rehabilitador del adolescente, pues en el momento de asumirse como sordo en su identidad puede ser realmente el “historiador de su propia vida”.

La rehabilitación va de la mando también según el grado de sordera, habilidades auditivas y de habla que maneje el paciente juvenil, lo cual permitirá un mejor manejo de sus expectativas. Algunas claves de éxito para implantados están en asegurar su formación en un medio escolarizado normo-auditivo, un entorno facilitador para sus decisiones personales y estabilidad psicoemocional.

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