El 53% de los hipoacusicos no llegan al gabinete auditivo aunque muchos sí van al médico

La mitad de las personas con pérdida auditiva (53%) no llegan a visitar un centro auditivo, algunos incluso lo descartan para siempre, pero un 19% acuden a la consulta del médico o el ORL, aunque paradójicamente no se les recomienda buscar a un profesional de la audiología para resolver su problema. ¿Dónde queda ahí la interdisciplinariedad?

Publicado el 15 octubre 2020

El 53% de los hipoacusicos no llegan al gabinete auditivo aunque muchos sí van al médico

En calidad de moderador del foro-coloquio, Ascanio Salcedo, audioprotesista y secretario de la ANA, ha situado el debate en la relevancia de los centros auditivos para la satisfacción de los usuarios con sus audífonos. Como datos de contexto, ha recordado que la prevalencia de la hipoacusia está en el 11,3% de la población española y, de ellos, el 36,5% utiliza audífonos.

Además, el 41% de los afectados o no visitan al médico (22%) o bien el médico/ORL no les recomienda utilizar audífonos cuando acuden a su consulta (19%) y un 12% no piensa ir nunca a la consulta. En total, más de la mitad no llegan nunca a un centro auditivo, por estas tres razones.

También se da una baja penetración de los audífonos en los casos de hipoacusias leves, una «oportunidad tanto para la captación de pacientes como de la satisfacción general», según Salcedo, al igual que ocurre con el 47% de binauralidad. Y los profesionales tienen a favor también que la confianza es muy baja en la compra on-line.
Tras esta introducción, el foro-coloquio se ha desarrollado con las siguientes preguntas a debate.

-¿Qué opinan de que los centros auditivos sean muy preferidos (78%) y sin embargo un 53% nunca llega a consultarlos?
Julio García, coordinación de Formación en Oticon España. «Las personas saben dónde adaptarse unos audífonos, pero mucho son reacios porque no conocen sus beneficios. Me chocan estos datos, pero hasta que la pérdida no representa un gran problema o los familiares acuden, estas personas no llegan al gabinete».

Juan Francisco Partearroyo, director de Ventas de Phonak en España y Portugal. «Ese 53% revela que hemos caminado bien, pero aún falta concienciación en cómo afecta la pérdida auditiva, la comunicación, los aspectos cognitivos y el socio-emocional. Y hay otro factor, hay que dar a nuestra profesión más valor de cara al usuario, explicarle que se tiene capacidad para hacer cribado, decirle si necesita un aparato o derivarlo a otro profesional para que vea su caso».
A su juicio, hay que luchar contra el estigma y que sea un primer paso ir al audiólogo, también a su médico de familia, a su ORL.

Tomás Sánchez, Training and Key account manager de Sivantos Ibérica. «Las cadenas nos hemos preocupado de dar a conocer la modernidad de los audífonos. El dato es un reflejo de que en la pirámide de la población, esas pérdidas leves no llegan a los gabinetes porque no siempre requieren de las ayudas auditivas». Habla por su experiencia propia, ya que ha notado síntomas de presbiacusia, aunque solo los utiliza esporádicamente para probar audífonos por su trabajo, para Sivantos, pero luego deja de usarlos.

-¿Cómo deberíamos actuar y qué protocolo seguir con el público para una mayor captación en los centros auditivos?
(Sánchez) Una de las principales objeciones es la relación precio-beneficio, el público en general no lo ve correlativo con las expectativas que tiene. Es una traba. El estigma todavía de que es cosa de una persona más mayor es otro de los hándicap. «Los fabricantes estamos desarrollando tecnologías para que los audiólogos podáis contrarrestar ese efecto de la relación con precio, por ejemplo, que son prácticamente invisibles, incorporan sensores de salud…que el usuario los ve reflejados también en productos de gran consumo, como estos relojes inteligentes. Hay que comunicar, dar valor. Hay grandes cadenas que tienen la capacidad de comunicar en TV y eso es bueno para todos. Audiólogos, empresas, cadenas… todos deberíamos comunicar más y que los ORL estén mejor informados. Pero eso no se hace, estamos en guerra de guerrillas y hay ya otros que tienen auriculares inalámbricos con sensores de salud, Samsung, Apple y otros».

(Partearroyo) «Quiero dar un mensaje un poco más optimista. Me llama la atención que a una de cada tres personas que llegan al ORL, se les dice que no hagan nada. Tenemos que conseguir colaborar mucho más, con los ORL que les gusta más la audiología, también con logopedas, psicólogos, médicos de familia… . Buscar también que el profesional tenga mucho más valor de cara al usuario. También es una oportunidad, ese 53% que se pierde por el camino, si valoramos bien una atención audiológica, mucho más que adaptar unos audífonos, atención psicológica, técnica… muchas disciplinas».
«Hemos pecado también de dar unas expectativas excesivas por el precio, hay que perder el miedo a decirle la verdad, para que se pruebe el aparato. Y debe ver al audiólogo como alguien que se preocupa por su salud auditiva en general, no solo por ajustarle unos audífonos». Tomás Sánchez ha apuntado que ahora no tiene un precio ese trabajo.

(García) «Debemos ser más informativos, dar más relevancia a la profesión, campañas de concienciación auditiva, como hacen los ópticos con la presbicia, que es un producto sanitario, no un amplificador ni un OTC, lo tiene que ajustar un profesional».

-Desde el punto de vista de un independiente pequeño, ¿qué puede hacer para convertir en prescriptor a un paciente que le visita?
(García) «Aparte de usuarios, yo les hacía prescriptores cuando trabajé en un gabinete. ¿Cómo? Explicándoles las cosas, no generando falsas expectativas, hay que dejar las cosas claras y prestarles un servicio audiólogico adecuado. También, informar a los centros de salud de tu zona de que estás ahí prestando ese servicio sanitario. Y entregar un informe de todas las pruebas realizadas al paciente por si quiere enseñarlo a un ORL».

(Sánchez) «El canal boca-oreja está bien, pero cada vez se da menos la fidelidad del cliente. Hay una gran cantidad de fuentes de información en Internet y vas a encontrar opiniones a favor y en contra de tu producto. El usuario tiene que respirar confianza al ir a un centro auditivo, hay que generar una experiencia de usuario diferente y que dé valor a ese gabinete. Algunos centros hacen esfuerzos por hacer ver cada valor que aporta el profesional y separarlo del producto. En cambio, se me cae al alma a los pies con que las pruebas audiológicas sean gratuitas, pero eso tiene un precio, no es gratis, aunque el usuario no lo sabe. Antes, el paciente se casaba con el cliente de por vida».

Ascanio Salcedo ha apuntado que también ayuda el que se divulgue cómo el uso de audífonos ayuda a preservar del deterioro cognitivo de forma temprana.
(Partearroyo) «Está claro que cada vez somos menos fieles como clientes, por eso hay que valorar más la profesión y hacer protocolos para distinguirse unos profesionales de otros, y trabajar con otros, no solo ORL, también logopedas y más especialistas».

-¿Está el nivel de los profesionales españoles a la altura de los europeos?

(Partearroyo) «Debemos querernos un poco más y valorarnos. El promedio no veo que sea un nivel inferior, es verdad que en otros países, con el grado universitario son más años de estudios y la proliferación de escuelas aquí no ayuda, debería haber menos y más especializadas. Hay personas, por ejemplo, en Baleares, que traen sus aparatos para que se los adapten aquí, prueba de que se valora la profesionalidad aquí. Esa nueva generación de audiólogos que se están incorporando son más tecnológicos y eso nos va a ayudar».

(García) «El nivel no está mal, es medio alto. Tantas escuelas, es complicado, en otros países, el grado de Audiología existe y eso nos falla para profesionalizar más. En un año, sacar una titulación es complicado. Hemos dado charlas en las escuelas y se ve a los que apuntan maneras, también otros que están ahí solo porque les han dicho sus padres que tienen que estudiar algo. Los estudios audiológicos no deben ser solo sobre los audífonos, más también sobre conocimientos de la cóclea y otros aspectos. La formación debería ser continua, no solo el título».

(Sánchez) «Soy optimista en cuanto a que mejoramos la formación, pero no tenemos el mismo nivel que algunos países de Europa. En Italia son tres años de Universidad, por ejemplo; en Francia se hacen más meses de prácticas en hospitales y centros auditivos; en el Reino Unido, las competencias son mucho mayores que aquí, allí hacen diagnóstico y prescripción, y con la titulación española solo dejan hacer audiometrías. Salvo alguna honrosa excepción como la Universidad de Salamanca… Esperemos que esa iniciativa haga que vaya por ahí la formación. Luego ya está en el ánimo de cada alumno el seguir estudiando al terminar el ciclo, participando en congresos, curso, etcétera ». En este último aspecto estuvieron de acuerdo los tres participantes en este coloquio.

 

J. L. Fernández