El expresidente de la asociación británica de audiólogos BSHAA Raúl García-Medina analiza los problemas para contratar a profesionales

Audiology Worldnews (AWN): ¿Cuáles son los síntomas de una crisis de mano de obra y quién se queja actualmente de que la contratación en audiología no funciona como debería?

Raúl García-Medina (RGM): Las razones por las que las dificultades de contratación en audiología se han convertido en una crisis son muy diversas. Las señales que nos alertan de que se han convertido en una crisis son numerosas. En el Reino Unido, tenemos un paisaje audiológico particular que difícilmente es comparable al de cualquier otro país. Contamos con una combinación de prestación de asistencia audiológica privada y pública. Los líderes de ambos sectores (jefes de departamento, directores de servicio, directores del sector privado y propietarios de clínicas) se quejan y lo llevan haciendo desde hace tiempo.

Aparte de la palpable e indeseable escasez de audiólogos unida a la gran demanda, que ha llevado a que los tiempos de espera sean cada vez mayores (una mala señal), están: la insatisfacción laboral (otra mala señal), el estancamiento, la falta de incentivos, la falta de perspectivas profesionales, la mala remuneración, los trabajos repetitivos, la falta de formación, la mala prensa, la escasez de universidades que ofrezcan programas de audiología, la escasez de puestos de aprendizaje o prácticas para los estudiantes, la falta de atractivo para la educación superior audiológica, el Brexit y las políticas generales de inmigración… lo que realmente ha llevado a la crisis es una amalgama gradual de acontecimientos en cascada mal concebidos en el panorama de la audiología en el Reino Unido a lo largo de los últimos 20 o 30 años que, combinados, se han convertido en explosivos.

AWN : En estos momentos hay crisis de mano de obra en muchos ámbitos profesionales, sobre todo en la sanidad. ¿Qué tienen de especial los problemas de la audiología?

RGM: Ya he aludido a ello en la pregunta anterior, el perfil de la audiología como profesión carece de atractivo. De hecho, la palabra “audiología” sigue siendo un enigma para muchos, por no hablar de lo que realmente significa y conlleva si te embarcas en seguir una carrera en ella. Es una profesión joven que debería haber aumentado su atractivo para los futuros estudiantes. Vamos a necesitar cada vez más para poder atender la creciente demanda de pacientes que quieren acceder a nuestra profesión, cada vez más diversificada. Las ramificaciones e implicaciones que la audiología tiene en otras especialidades sanitarias, las comorbilidades asociadas a las deficiencias auditivas no tratadas y el potencial de ahorrar costes sustanciales a los sistemas sanitarios y a la economía en su conjunto, aún no han demostrado ser factores lo suficientemente decisivos como para cambiar las cosas. ¿Saben realmente nuestros gobiernos que existe la audiología? ¿No saben que esta profesión es una importante inversión rentable a medio y largo plazo?

La comunidad audiológica está demasiado fragmentada en el Reino Unido. Se trata de un problema colectivo que afecta a todas las partes interesadas en el cuidado de la salud auditiva. Desde la comunidad médica hasta los organismos reguladores, el sector asegurador, el mundo académico, los audiólogos (tanto privados como públicos), los distribuidores de audífonos, los fabricantes de audífonos, las asociaciones profesionales, los consumidores y el gobierno. Necesitamos una voz más fuerte, una voz colectiva que cante el mismo himno. Ya hemos estado aquí antes y casi llegamos a alguna parte…

AWN: Audiólogos, representantes de la profesión y directivos de empresas afirman a esta publicación que la calidad de los candidatos a trabajar en audiología es un problema tan grave como el número de candidatos. ¿Es ésta su experiencia?
RGM: Desde luego, cuando la cantidad y la calidad chocan, volviendo a su primera pregunta, tenemos una crisis entre manos. Aquí no hay nadie a quien culpar; es un problema colectivo que afecta al resultado de lo que intentamos conseguir.

AWN: ¿Cuáles son las soluciones y en quién recae la responsabilidad de hacer frente a la situación?
RGM: La comunidad audiológica está demasiado fragmentada para poder llegar a algo remotamente fructífero. Sin una voz más fuerte, no podemos presionar seriamente. Los gobiernos tienen que mirar de reojo a la hora de buscar soluciones al problema del sector sanitario, pero nosotros (la audiología) seguimos siendo demasiado pequeños para que se nos preste atención. La OMS y otras organizaciones e investigadores de renombre ya han presentado numerosas pruebas que ponen de relieve las importantes ramificaciones económicas intrínsecas de no tomar medidas para mitigar la pérdida de audición a escala mundial. Incluso una reducción mínima de la prevalencia y la gravedad de la pérdida de audición podría suponer un ahorro sustancial para la sociedad.

Estas estimaciones de costes también pueden utilizarse para calcular la rentabilidad de las intervenciones dirigidas a prevenir y tratar la pérdida de audición, lo que refuerza aún más la necesidad de invertir en este campo. Esto llevaría inevitablemente a tener que incentivar la contratación de una mano de obra más numerosa y una profesión de audiología más atractiva, lo que a su vez hará que la profesión sea más lucrativa. Un mayor número de universidades que ofrecieran programas de audiología revisados también daría lugar a una mayor competencia académica.

AWN: Si el desarrollo y la cualificación de los estudiantes es un recurso para la salud auditiva, ¿es este recurso mejor atendido por la dualidad pública y privada de los itinerarios de audiología?
RGM: Sigo creyendo que aún no se ha diseñado un modelo de atención audiológica que funcione bien para satisfacer las necesidades de nuestra población, pero sin duda creo que es necesario que haya vías públicas y privadas. Un ámbito que aún no se ha explorado a fondo es la prestación de servicios simbólicos o complementarios. Sin duda hay un segmento de la población que no está dispuesto a esperar mucho para recibir asistencia sanitaria, pero que no dispone de los medios necesarios para recurrir a la medicina privada. Cuando la carga recae actualmente sobre la prestación de servicios audiológicos del SNS, yo abogaría por un sistema de complemento en el que, si no puedes permitirte un proveedor de servicios audiológicos privado y sus audífonos, por ejemplo, sigas recibiendo asistencia sanitaria auditiva. Sin embargo, si puede permitirse una parte pero no todo, el gobierno podría proporcionarle una ficha con un valor igual al coste de una vía de provisión de audífonos del NHS, para que la complete en el sector privado. Este es sólo un ejemplo de posibles soluciones que deben estudiarse más a fondo.

AWN: ¿Cómo pueden adaptarse los procesos de formación para producir suficientes talentos del tipo adecuado en audiología? ¿Es adecuada la formación desde el punto de vista estructural, o los problemas se encuentran en los detalles del plan de estudios o en la calidad de la enseñanza? ¿Qué hay de las sugerencias de que el aprendizaje debería tener un marco más amplio, es decir, no limitarse únicamente a los conocimientos audiológicos, sino abarcar también competencias más amplias en el ámbito sanitario, como la psicología?
RGM: Es una pregunta difícil de responder y es mejor dejarla en manos del mundo académico. Creo que todo tiene que empezar por la calidad de los centros de enseñanza y el nivel de entrada de los estudiantes. ¿Qué tipo de personal docente y de estudiantes atraen realmente las universidades que ofrecen un programa de audiología?

Creo que el mundo académico de la audiología en el Reino Unido ya ha jugado con el concepto de ampliar la oferta de conocimientos durante el primer año, para abarcar las ciencias biomédicas como base de la especialización que finalmente puede ser la audiología. Esto no es nuevo.

Fuente: Audio Infos UK Número 152 Enero-Febrero 2023