"The Unforgiven III": un concierto de Metallica lleva a Raúl García-Medina a reflexionar sobre el ruido y el sonido

Este verano de 2022 trae consigo una plétora de conciertos en festivales por todo el mundo, y quienes estén familiarizados con el género del heavy metal entenderán el título. Yo he visto tocar a Metallica varias veces en varios continentes (y para cuando lean esto, espero haber ido ya a su concierto en Madrid el 6 de julio).

Publicado el 28 julio 2022

“The Unforgiven III”: un concierto de Metallica lleva a Raúl García-Medina a reflexionar sobre el ruido y el sonido

El verano siempre trae más pacientes con tinnitus a la clínica. Al fin y al cabo, el tinnitus está muy relacionado con la pérdida de audición adquirida, incluida la pérdida de audición inducida por el ruido (NIHL). Los pacientes con tinnitus suelen estar expuestos a ruidos peligrosos en su trabajo o en su tiempo libre, lo que incluye la exposición a música a alto volumen. Esto no debe ocultar el hecho de que la música es un sonido bien establecido, generalmente infrautilizado, capaz de proporcionar alivio al tinnitus. Solo hay que saber cómo utilizarla.

Pérdida de audición y comorbilidad del tinnitus

Sin embargo, es importante recordar que la HNI sigue estando clasificada como la segunda forma más común de discapacidad auditiva. Un subgrupo de los casos de NIHL también desarrollan tinnitus crónico (tinnitus que dura más de 3 meses). Según Trevino et al. (2022), parece que la mayoría de los pacientes con NIHL no informan de acúfenos, pero la mayoría de los pacientes con acúfenos tienen algún grado de pérdida auditiva comórbida.

En cuanto a la música en directo, los músicos que tocan sufrirían una exposición ocupacional, mientras que los oyentes sufren una exposición recreativa. Este tipo de pérdidas auditivas adquiridas pueden producirse como resultado de la exposición a niveles de sonido de alta intensidad durante un breve periodo de tiempo, o a lo largo de la vida de un individuo. Estas sobreexposiciones agudas o crónicas al ruido se asocian comúnmente a pérdidas auditivas y al desarrollo de acúfenos transitorios tanto entre los artistas musicales como entre el público. Sin embargo, esto no se acepta por unanimidad.
No todas las personas que se encuentran en el mismo entorno acústico experimentan los mismos efectos perjudiciales. La relación entre la música como fuente sonora tóxica y su potencial para causar daños auditivos es mucho más compleja de lo que indicaría una lectura estricta de los criterios de ruido laboral.

Resulta interesante también que en la mayoría de los casos referenciados y estudios de revisión que analizan la exposición a niveles de alta intensidad de música, solo una minoría de los individuos se informa de que experimentan los efectos que se predecirían para exposiciones acústicas similares encontradas por los trabajadores industriales. ¿Es la percepción psicológica/emocional de la música, comparada con los atributos generalmente molestos del ruido industrial, uno de los factores diferenciales?

La gravedad de la NIHL depende a menudo de los tres factores que no perdonan. Estos tres factores externos implacables son: la duración, la intensidad y el contenido energético del ruido, en este caso, la música en directo. Como indican las directrices de la Administración de Seguridad y Salud Laboral (OSHA) y del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Laboral (NIOSH), la duración y la intensidad de la exposición al ruido son directamente proporcionales a la gravedad de la NIHL resultante.

Contenido energético del ruido

El contenido energético del ruido también afecta a su gravedad. Por ejemplo, el ruido de impacto y de impulso proporciona una energía acústica diferente a la del ruido continuo. Estos factores influyen en el grado y la configuración de la NIHL, que a su vez influye en la probabilidad de desarrollar tinnitus.

Dado que la música se caracteriza por sus constantes cambios de intensidad, frecuencia, calidad tonal y ritmo, resulta difícil estudiar su impacto en la audición en un entorno de investigación uniforme. Por ejemplo, la energía de la música de Metallica (ruido para mis padres) es completamente diferente a la de una orquesta sinfónica. Por eso, los componentes perceptivos relacionados con el espectro de un sonido, o su distribución de energía a través de la frecuencia, influyen en la sonoridad. Y por eso Metallica y una orquesta sinfónica pueden estar tocando a la misma potencia en decibelios, aunque el sonido se perciba como más fuerte cuando se escucha a Metallica.

La HL es mayor en los músicos de pop/rock

Los estudios también han demostrado que la prevalencia de la pérdida de audición entre los músicos es mayor en el género pop/rock que en el de la música clásica (Di Stadio et al., 2018). Esto último, sin embargo, se atribuye al resultado de la exposición a niveles de intensidad más altos durante la práctica y la actuación (>95dB HL) en la categoría pop/rock, así como al uso generalizado de amplificadores, a diferencia de los músicos clásicos que trabajan con instrumentos acústicos. Además, cabría esperar que esta mayor prevalencia de HNI entre los músicos de pop/rock se asociara también a una mayor incidencia de acúfenos en ese género. Sin embargo, independientemente del género, el 25% de todos los músicos informan que experimentan tinnitus crónico (Di Stadio et al., 2018).

La inconsistencia en los diseños de los estudios y la variabilidad inherente a la exposición a la música hacen difícil determinar realmente cuál es la mejor manera de aconsejar a los individuos, a los músicos y a los asistentes a los conciertos, aparte de proporcionar las recomendaciones estándar empleadas por la ley en los entornos industriales.

Independientemente de si la exposición al sonido es por ruido o por música, la pérdida de audición y el tinnitus resultantes pueden ser igualmente debilitantes. Es la exposición inicial la que se percibe como más benigna debido al componente emocional/psicológico de la escucha de música.
A “rockear”. Con seguridad.

Raúl García-Medina